En un mundo donde cada día se nos incita a cambiar, a mejorar, a ajustar nuestro aspecto y nuestra manera de ser para encajar en ideales ajenos, la frase de Frida Kahlo cobra especial relevancia: “Al final, creo que no necesitamos hacer nada para ser amados.” Estas palabras encierran una verdad profunda sobre el amor propio, un concepto que parece cada vez más distante en una sociedad llena de filtros y expectativas.
En mi vida, he tenido momentos de autocrítica muy severa. Los ideales de belleza, de éxito y de inteligencia que otros imponen son muchas veces inalcanzables. ¿Cuántas veces nos hemos sentido insuficientes por no estar a la altura de esos parámetros? Nos desgastamos intentando alcanzar una perfección que, en muchos casos, ni siquiera es real. Sin embargo, cuando Frida Kahlo habla de “dejar en paz nuestras imperfecciones”, nos invita a una reconciliación interior. Se trata de abrazar esas partes de nosotros mismos que muchas veces escondemos, por miedo a que nos juzguen o nos rechacen.
La verdadera belleza de una persona no está en lo que muestra por fuera, sino en cómo logra conectar con los demás a un nivel más profundo. A menudo, aquellos que nos aman realmente ven nuestras imperfecciones y, lejos de rechazarlas, las abrazan. Este tipo de amor nos permite sentirnos completos sin la necesidad de cambiar para satisfacer a los demás. Cuando una persona nos mira con amor genuino, nuestras “fallas” se transforman en rasgos únicos, en marcas de autenticidad que nos distinguen.
Aceptar nuestras imperfecciones no significa resignarse o dejar de mejorar en lo que deseamos, sino detener la batalla interna que nace de la necesidad de cumplir expectativas irreales. Si en lugar de corregir cada pequeño “defecto” nos concentramos en nuestro bienestar y en nuestras pasiones, poco a poco iremos sintiendo esa paz interna que nos permite vivir sin miedo al juicio ajeno. Ser amados empieza con el acto de amarnos y reconocernos tal y como somos
“Y 𝗮𝗹 𝗳𝗶𝗻𝗮𝗹, 𝗰𝗿𝗲𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼 𝗻𝗲𝗰𝗲𝘀𝗶𝘁𝗮𝗺𝗼𝘀 𝗵𝗮𝗰𝗲𝗿 𝗻𝗮𝗱𝗮 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘀𝗲𝗿 𝗮𝗺𝗮𝗱𝗼𝘀.”
Nos pasamos la vida tratando de parecer más guapas, más inteligentes. Pero me di cuenta de dos cosas.
Aquellos que nos aman nos ven con su corazón y nos atribuyen cualidades más allá de las que realmente tenemos.
Y aquellos que no quieren amarnos nunca estarán satisfechos con todos nuestros esfuerzos.
Sí, realmente creo que es importante dejar en paz nuestras imperfecciones. Son preciosas para entender a los que nos ven con el corazón”
— Frida Kahlo
